jueves, 29 de noviembre de 2012

CHARLIE DONNELLY









Las tragedias humanas se repiten sin que nadie sepa aprender del pasado o como sin algunas cosas tuvieran que estar siempre presentes por necesarias. Desde hace años términos como “deshaucio” o “dación en pago” se han convertido en habituales en los labios de cada ciudadano español. Y al hilo de todo ello, me encuentro con un texto que habla del joven poeta irlandés Charles Donnelly, miembro del partido republicano de izquierdas Congreso Republicano en los años 30. Donnelly conoció a otra activista Cora Hughes durante un desahucio: arrojaba la justicia y la policía a una anciana de un piso por no poder pagar su alquiler y ellos, sin pensárselo mucho, volvieron a meter los enseres desperdigados por la calle en la casa. Ambos fueron condenados a pagar una multa o pasar un tiempo equivalente en la cárcel, opción que ambos  aceptaron. No era la primera vez para Charles, puesto que meses antes había también optado por la cárcel durante un juicio por formar parte de un piquete en una huelga de panaderos.

Charles ya se había enfrentado a numerosas instituciones a pesar de su juventud, llevado por la rebeldía de su causa (su padre,  la escuela, y la universidad) teniendo que emigrar finalmente  a Londres. En 1936 volvió a Irlanda ante el llamamiento del Congreso Republicano para alistarse en las Brigadas Internacionales que se estaban formando para apoyar a la República Española. El 27 de febrero de 1937 moría en combate en el cerro Pingarrón durante la Batalla del Jarama. Cuentan que uno de sus últimos versos surgió de sus labios al tiempo que exprimía unas aceitunas: “Even the olivas are bleeding” (incluso las olivas sangran)

Charles y Cora unieron sus pasiones políticas y vitales. Aunque Cora murió joven, con tan sólo diecinueve años, él no la olvidó nunca. Años después  algunos le recordaban en Londres llevando consigo un mechón de su pelo.