Ayer en la asamblea popular del Barrio de la Concepción me pasaron una convocatoria contra las guerras imperialistas y a favor de la salida de España de la OTAN. Supongo que todo estará relacionado con la terrible guerra civil de Libia donde, a los crímenes de los sicarios del dictador, se suman los de los "rebeldes", en realidad dirigidos por antiguos ministros gadafistas.
Gadafi me devuelve a 1986 cuando tenía un programa de radio en Onda Verde, Don Camaleón, con mis amigos Diego y Luis Fernando. Por aquellos días dirigía la radio Esteban Ibarra, hoy presidente del Movimiento contra la Intolerancia, y entonces acérrimo seguidor de la revolución verde de Muamar. Recuerdo los bombardeos de los F-16 de Ronald Reagan sobre Trípoli, el terror de mi profesora de inglés que ya veía una Tercera Guerra Mundial, y el notición en el telediario de la 1, sólo había dos cadenas, sacando pecho ante la negativa de España a prestar su espacio aéreo a los yanquis (noticia que en EEUU debió salir en las páginas de "Clasificados").
Recuerdo a Esteban Ibarra facilitándonos folletos sobre la Revolución Verde, con fotos de la guardia de amazonas de Gadafi junto con viejas desdentadas portando fusiles Kalashnikov mientras negaba la implicación del dictador libio en un intento de golpe de estado contra el gobierno español dirigido por un capitán de caballería. Y las gentes manifestándose ante la embajada de EEUU blandiendo el titular del desaparecido rotativo "La Tarde de Madrid": ¡Barbarie Yanqui!
Gadafi, el que cedió Libia como campo de entrenamiento a distintos grupos terroristas europeos, el autor intelectual del atentado de Lockerbie, en el que creo recordar que murió una azafata española. Gadafi es el que para congraciarse con las potencias europeas permitió el retorno de las empresas petroleras extranjeras. Gadafi es el dictador imperialista que intervino en la guerra civil chadiana con el único objetivo de apoderarse de la franja de Aouzou supuestamente rica en uranio. Gadafi, el amigo de Aznar; el que obligó al gobierno siuzo a postrarse tras haber detenido su policía a su hijo Aníbal por malos tratos al servicio doméstico. Gadafi el del botox. Un individuo patético, un tiranuelo de tres al cuarto que ha sojuzgado a su pueblo; un pueblo al que ahora arrastran otros por intereses espúreos.
