La
Escuela de los Annales es sin duda la corriente historiográfica que más
me ha influido en mi vertiente de historiador. Los trabajos de Marc
Bloch y Lucien Febvre a finales de la década de los años veitne del
pasado siglo marcaron una ruptura definitva con la visíón positivista de
la Historia, más preocupada en hallar leyes generales y clasificar
fuentes y hechos, así como con la mera Historia narrativa romántica,. la
de los hechos y gestas gloriosas para mejor educación del futuro
patriota. Marc
Bloch diseccionaba en su preciosos libro "Los reyes taumaturgos" la
influencia que sobre la sociedad tenían ciertos rituales o creencias
entorno al origen divino de las realezas medievales, concretamente el
poder de los reyes franceses de curar a enfermos de escrófula con solo
tocarlos, algo que siguió haciéndose hasta Carlos X en 1825. De
esta forma Bloch y su escuela incorporaban otros aspectos al estudio de
la historia: la economía, la sociedad, la tecnología, las metalidades,
el arte...toda una plasmación de la antropología en la Historia. El
objetivo era llegar a una historia total, global entorno al eje común:
el ser humano.
"Allá
donde huele a carne humana el historiador sabe que esta su presa"
escribió en cierta ocasión. Y llevó su compromiso hasta el fin. Hijo de
judíos alsacianos, se negó a marcharse de Francia tras la invasión nazi.
Expulsado de su cátedra por el régimen de Vichy, colaboró con la
resistencia hasta ser detenido, torturado y fusilado por al Gestapo en
junio de 1944. Tenía 58 años y dejaba una obra fundamental inconclusa:
"Introducción a la Historia".
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